por Nora Perusin
Una mirada ajena insiste
en el tamiz donde la arena se diluye
palpar lo escrito, las formas que dejan
las escamas caídas
como pétalos feroces antes de la derrota
Una mirada ajena insiste
en el tamiz donde la arena se diluye
palpar lo escrito, las formas que dejan
las escamas caídas
como pétalos feroces antes de la derrota