por Nora Perusin
En esa línea que deja la anticipación
en el recuento
en la marca del viento
en la marea que junta arena y consternación
en lo que escribo
en el día necesario
en la pasión por las sombras que dejan los árboles después de los almuerzos
en el cazador y la luna y las fogatas
en el vaivén
en el eco de tantos desamparos
me repito