por Nora Perusin
una mujer ata los postigos
cuidadosamente alberga un gato y le da de comer
A ésta hora es difícil hallar a alguien,
pero esa mujer cobija animales
oculta tras las puertas del caserón
goza con el olor de los baldíos
Espía.
No habla con nadie.