por Nora Perusin
blanco sobre negro sobre blanco,
la vieja sentada en el autobús
tenía el rostro de vieja
que ni a Rembrandt
le hubiere bastado con pintarla.
blanco sobre negro sobre blanco,
la vieja sentada en el autobús
tenía el rostro de vieja
que ni a Rembrandt
le hubiere bastado con pintarla.