por Nora Perusin
En el doble espacio que deja el paso de la luz
se aleja la sorda obstinación del amor bajo las sábanas
donde permanezco
en el doble espacio que deja el paso del amor
se entremezclan nuestros cuerpos
y la luz que lentamente rota.
Detalles de la anticipación
que se repiten tumultuosos
como la marca que deja el viento espeso en la sed