por Nora Perusin
tu mano en la mía
como una figura china roza el calor
de una sombra en las copas de cristal.
Hay algo que estalla
y no es tu corazón
Algo se disipa
de la noche a la mañana:
tu voz del otro lado del teléfono.
Hay algo entre nosotros
que cuelga de un retrato
como una canilla que gotea
toda la puta noche